Poco a poco se está pavimentando un camino hacía un mundo de moda más apegado a la ecología, gracias a la creciente popularidad de los productos alternativos al cuero. A través de apuestas como las de Hermes, con un cuero a base de hongos y la inversión millonaria de Golden Goose en la producción de cuero sintético, la marcha sostenible viene en racha desde principios del 2022. A diferencia de éstos, la asociación de Kering (casa central de Gucci) con Vitrolabs (start-up biotecnológica en California), ha sido la primera en producir cuero cultivado en laboratorio, a partir de células de piel de becerro. Se anunció en un reportaje de Vogue Business del 4 de mayo, que el laboratorio ha desarrollado una técnica que replica las células de piel de vaca. “Le damos a las células un entorno similar donde se puede producir una piel como lo haría en un animal, pero dentro de nuestros cultivadores,” dijo Ingvar Helgason, CEO y cofundador de la compañía en 2016. “El objetivo es construir y escalar la primera producción piloto del mundo de cuero cultivado con células y acelerar la comercialización. En particular, este es el primero en reclamar la producción de cuero ‘real’, a diferencia de un material similar al cuero realista, sin el uso de animales y sin impactos colaterales en el uso de la tierra, en los niveles de gases de efecto invernadero ni la pérdida de bosques tropicales”. Lento pero seguro, avanzan las nuevas normas ecológicas en un mundo de moda trabajando hacia un enfoque más sostenible.
