¿Qué es un diamante cultivado en laboratorio?

Refinery 29 lo explicó en una investigación, citando al equipo del grupo De Beers, la marca estadounidense responsable por el boom de diamantes con su campaña de marketing “A Diamond is Forever”, en 1948.

En los últimos años, la ola sostenible ha fomentado entre los consumidores la popularidad de los diamantes cultivados en laboratorio, con variaciones en precio y calidad.

Según Business of Fashion, una encuesta para el informe Diamond Insight 2021 de De Beers asegura que el 60% de los consumidores elegirían joyas elaboradas con diamantes que cumplen con los compromisos de sostenibilidad de las marcas. El 85% de esos clientes estarían dispuestos a pagar una prima adicional por piedras sostenibles.

“El diamante cultivado en laboratorio es idéntico al natural desde el punto de vista de la óptica, la química y la apariencia física”, explicó Melissa Crivillaro, directora de marketing de Lightbox, subsidiaria de De Beers Group, que crea diamantes cultivados en laboratorio para Refinery 29.

“Se cultiva en un laboratorio durante un período de semanas en lugar de extraerse de la tierra”. Este proceso involucra una semilla de diamante y una fina oblea de una piedra preciosa existente que luego se somete a condiciones que imitan el entorno natural donde florece un diamante tradicional.

A pesar de que los diamantes cultivados en laboratorio son más económicos, muchos argumentan que no conservarán su valor tanto como los diamantes extraídos de minas, cada vez más escasos. La oferta mundial de diamantes extraídos alcanzó su punto máximo en 2006 con 176 millones de quilates extraídos, un nivel que, según Bloomberg, nunca más será alcanzado.

“Los diamantes naturales son un recurso natural finito: la tierra no produce más. Por lo tanto, esta rareza los convierte en una reserva de valor a largo plazo”, dijo Sally Morrison, directora de relaciones públicas de Diamantes Naturales en De Beers Group. La innovación tecnológica se integró al mundo de los relojes con Tag Heuer. Con “Diamants d’Avant- Garde”, la compañía suiza incorporó 48 diamantes de 12 carats cultivados en laboratorio en la última y más cara versión del reloj Camera Plasma, valorado aproximadamente en $376,000.

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