Fue de niña que Noelia Ávila recordó haber empezado a pulir su habilidad para el diseño de moda, gracias a las enseñanzas de su abuela
artista. Hoy, su ojo detallista se refleja en su marca personal, NAVIIMO, una de las primeras en Santa Cruz en proponer un código de ética sostenible, cuando se inauguró a finales del año 2020.
En el colegio usaba jeans que, en su tiempo libre, pintaba o adornaba con detalles. Hace dos años decidió lanzar sus propuestas en Instagram y durante la pandemia dejó por un año su hogar universitario en Nueva York para manejar su negocio remotamente. Hoy sus accesorios destacan en el shopping Nizza.
Fiel al clima caluroso de su hogar, usa telas livianas en sus vestidos y blusas veraniegas con materiales totalmente reciclados que provienen de sábanas, cortinas o ropa unisex de medio uso para optimizar su fábrica y tener más de un producto en cantidad.
“Con las blusas puedo sacar más modelos y distintas tallas, pero mantiene el origen de ser de segunda mano o haber cumplido un ciclo de vida’’, dice Ávila. Sus jeans son re-hechos solamente de Levi ‘s y Wrangler, “ya que ambas marcas tienen una visión que se alinea con NAVIIMO”, explicó.
Afanada con sandalias de plataforma y botas de vaquero, la marca se expandió
con zapatos y carteras de cuero. Consciente de su conflicto de interés respecto a la sostenibilidad, se producen de cinco por un modelo directo de un solo proveedor. “Solo me mantengo con lo que es cuero, el único material que es biodegradable y también intento combinar fábricas”, dijo la diseñadora.
También anunció que la próxima colección mensual incluye una sandalia con un acabado de telas en bufandas de seda, pero con la planta de cuero y la parte de abajo de plástico. “En Bolivia tenemos muchas complicaciones con las cosas que podemos traer del exterior y las opciones que hay. Pero esa es mi manera de mezclarlo, porque decir que es 100% sustentable es mentira. Aun no estoy en ese nivel e intentó incorporar los materiales más biodegradables y también mantenerlos usados”, dijo Ávila.
Ahora trabaja desde la capital de las tendencias, donde el streetwear se adueña de las calles sea o no New York Fashion. “Agradezco que vivo aquí, me da una inspiración diaria de moda y gente alrededor,” dijo la diseñadora. “Este proyecto para mí, por más que aprendí mucho, fue algo muy natural. Crecí así, y encontré una manera de desarrollarme creativa y laboralmente.”