¿Cómo surgió Café Patrimonio?
“Nació ‘en papeles‘ en 2015, sin embargo, la esencia de lo que hoy representa se inició en un caluroso verano en Seúl, en 2008, cuando tuve la oportunidad de degustar por primera vez una taza de café boliviano. En aquel entonces aprendí que ese grano es la semilla de una fruta tropical, la cereza de café. También aprendí que el café, como el vino, es un mundo maravilloso y complejo de varietales, terruños, aromas y sabores. Desde ese momento, la curiosidad se convirtió en hobby, el hobby en pasión y ahora es la pasión de mi vida. En diciembre de 2012, tuve la oportunidad de visitar Caranavi para conocer los cafetales de los Yungas (La Paz) y me encontré con el decepcionante panorama que en la “Capital Cafetalera de Bolivia” solo ofrecía café instantáneo brasileño y colombiano. ¡Vaya ironía! La exportación es buena para el país, pero eso no implica que tomemos café ‘descartado‘ o instantáneo
importado. Y así surge Café Patrimonio, con la misión de ofrecer a los bolivianos la misma calidad que se aprecia en Londres, Nueva York, Tokio o Sydney. El café no tiene que cruzar el océano, sino que está a la vuelta de la esquina. Se dice que el consumidor más que nunca está buscando experiencias” ¿Cómo definiría usted la de Café Patrimonio? “La principal experiencia que ofrecemos es de descubrimiento. Queremos contar la odisea del humilde grano de café desde la semilla hasta la taza, haciendo homenaje al pequeño productor, a la nobleza del cultivo y a su sacrificio. Trabajamos directamente con los productores para mejorar conjuntamente la calidad (y por ende sus ingresos) y presentar esos micro-lotes al consumidor, como el café que produce Guillermo Chuquimia en la comunidad Loayza. La intención es que el consumidor no solamente disfrute de una buena taza de café, sino también que tenga certeza que su consumo tiene un aporte directo al bienestar de Guillermo, su familia, su comunidad, la industria y el país”. ¿Cuál es el secreto de su sabor? Tenemos el orgullo de ser representantes de La Marzocco, máquinas cafeteras para expresos hechas a mano en Florencia. Además, nuestra máquina tostadora de café, el corazón y orgullo de Patrimonio, es de industria Alemana con tecnología de punta. Pero más allá de los equipos, la clave es la materia prima, la semilla verde de primera calidad